ALICIA PODERTI: 30 AÑOS DE LA PUBLICACIÓN DEL POEMARIO "HUELLAS IMPOSIBLES"

ALICIA PODERTI: 
30 AÑOS DE LA PUBLICACIÓN DEL POEMARIO "HUELLAS IMPOSIBLES"



Un día 13 de noviembre de 1987 (sí, el 13, escogido especialmente por la mística del número), se presentaba el poemario de Alicia Poderti, con prólogo de Leopoldo Teuco Castilla y un gran despliegue de artistas que participaron de performances musicales, plásticas y danza. Distintos lenguajes para expresar los poemas del libro de A. Poderti, impreso en papel artesanal color madera, que antes se utilizaba para envolver las compras del almacén.
La portada del libro impreso estuvo diseñada por la artista plástica Roxana Belbruno.
Destacó la paralela edición sonora del libro 
en la que se destacaron Cuchara Saluzzi en saxo, música original, las voces de los poetas amigos, de Teuco Castilla "diciendo" su prólogo, una baguala de autoría de A. Poderti y un coro de cámara, que interpretó la versión musical arreglada de: "Poeta". 
Todo esto también se reprodujo en vivo...
Imposible no recordar esa noche. La autora estuvo acompañada de 500 personas en el Cabildo Histórico de la ciudad de Salta... con la gente de la mítica Feria de Arte "El Tendedero", dirigido por Silvia Katz, allí donde el Cuchi Leguizamón compartía sus originales acordes en el piano, mientras los artistas plásticos y escritores colgaban sus obras con broches de ropa. Todo esto se trasladó a la presentación y la luna acompañó esta fiesta de imagen, coreografía, voces ensambladas. Poesía compartida como el pan.


Leopoldo Teuco Castilla y Alicia Poderti, 1987.


PRÓLOGO DE “HUELLAS IMPOSIBLES” (1987)
                             LEOPOLDO (TEUCO) CASTILLA

La poesía, entre tantas otras cosas indescifrables, 
es un acto. 
Lo que cuenta se aparece y nadie puede saber 
cuánto dura esa aparición. 
Posiblemente los hombres no tengamos noción 
de cual es la extensión de una idea. 
Cuánto tiempo podemos estar dentro de ella, 
avanzando y sin agotarla. 
Los presocráticos intuyeron el átomo, lo nombraron; nosotros no terminamos de conocerlo. 
Un hombre puede agotar su vida 
en tratar de memorizar las líneas de su mano. Necesitaría miles de años para cerrar una idea. 
Sin embargo, como dije, la idea en poesía, 
si bien mantiene esa misma inabarcable duración 
(puede tener centenares de registros distintos 
según el tiempo y ocasión de relectura), 
logra, en un poeta verdadero, activar la realidad, 
si ésta existe, 
con un golpe de conocimiento. 
Y el plano que descubre es en sí un acto, 
un fenómeno con todas sus leyes completas. 
Una criatura. 
Alicia Poderti publica su primer libro. Sus poemas tienen esa condición: un acto que devela, 
una intuición donde están todos los significados 
que habrán de ir completándola. 
Pero en Alicia Poderti esas percepciones 
no son sólo objetivas. 
Le salen como la luz sale de la cara. 
El lector habrá de sentirle el temblor 
cuando va, en estos poemas, 
nominando esas señales del mundo que la conmueven. 
Ella ha elegido un lenguaje preciso, 
lo que ya es un arma dura de blandir 
para cualquier poeta. 
Un lenguaje sin trucos, sin grandilocuencia. 
Sus poemas no se apoyan en ninguna muleta 
y están sostenidos sólo por esos breves relámpagos desde los que nos asombran.

La poesía -que no tiene dios- se autoengendra 
y se divide, se reparte, como el átomo, 
en muchos universos.
Hay veces en que se la ve camino a condensarse, 
a explotar creciendo. 
Así nos viene viniendo la poesía de Alicia Poderti, 
tensa, 
destapando huellas imposibles…




Afiche de la presentacíón de Huellas Imposibles. Original 
de Silvia Katz.
Con Teuco y Catu Castilla, 
en la casa de Manuel J. Castilla.









© Alicia Poderti, HUELLAS IMPOSIBLES, 
Primera edición, 1987.
(Poemas escritos entre 1982 y 1986). 
Prólogo: Leopoldo Teuco Castilla.
Premio Faja de Honor de la ADEA,
“Asociación de Escritores Argentinos”, 1991.


                            PÉNDULO

Lo siento oscilar
aquí
cada segundo

          Totalidad
o Nada
                    de inaugurales opuestos

A veces
lo agasajo
resbalando por el olor del pan
hasta pactar en la calle con lluvias imposibles

Otras
no me someto al vaivén indagador
          Destrozo su secreto
contra el muro blanco
que me sabe tan muda
para hablar
LAVANDERÍA

Las noches
se enredaron
          en la sirena del diario

Desde entonces
hay
otra dosis de hollín
en las palabras

Mi tabla de lavar
          está cansada

HOSPITAL

Los rincones congregan
miradas ahuecadas
repletas de silencios
Hay en el piso
mil fatigas
impresas
          como trampas
                    de insomnio
          de ceniza
la convulsión inexpresiva en la cola
a las seis de la mañana

En los pasillos
          un olor largo
sobrevive a los alcoholes

Palpita
en cada mano
          marcada en la pared

Un olor
Nacido para la pobreza

                               GERMINACIÓN 
Sujeto con fuerza
y desde mí
los tallos

No consigo acostumbrarme
al insensato color
a esta luz

que me impide
o me derrota

Ser audaz
Acusarme sin falta
Mas
con el rastro en la cara


"Abajo, abajo, abajo. ¿No acabaría nunca de caer?"
Fragmento de 
Alicia en el País de las maravillas,
Epígrafe de 
Huellas Imposibles de Alicia Poderti.




                                                                                                     

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