ALICIA PODERTI: TRÓPICOS DE HIELO. POEMAS


© Poderti, Alicia E.
Trópicos de hielo/Alicia E Poderti; prólogo de Cristina Piña.-2ª ed ampliada - Mar del Plata: Lágrimas de Circe, 2015. 82 pág.; 22x15 cm
ISBN  978-987-3857-32-4
1. Poesía Contemporánea. I. Piña, Cristina, prolog. II Título
CDD A861
Edición preparada por Carlos Enrique Cartolano, Diciembre, 2015




SUBE LA GUERRA

investida de lutos y alabanza
Sube gloriosa

En nombre de algún dios olvidado
Masacran

Y el cielo desciende
para siempre sobre los cuerpos rotos

Ya no hay árboles ni pasión ni ensueño

Noche de lava

Es la guerra
lujuria intransigencia arrebato
ímpetu locura manía furia podredumbre delirio fiebre

Tienen un ojo tapado
y dirigen el alto honor de los civilizados
Por donde pasan
arrancan con furia nuevas gajos de infancia

guerra de lodo
Cuando el ser arrebatado pronuncia la palabra “guerra”
una mancha oscura trepa enardecida por ciudades y páramos
inocentes

Allá
lejos del ultraje
El mala sangre
intoxicado de paz
premiado de Paz
celebra sus victorias
  
crea otra guerra y el discurso que la ensalza
Inventa la verdad
honor que arrastra
al Imperio desquiciado

APRENDO
en la inflexión de la tarde
larga tarde fresca de luna
y de cielo que no se cae nunca

Aprendo las formas de tu mano

Y se incrusta en la flor de la magnolia
aquella que planté
hace más de veinte años
un rumor
como de pactos subterráneos
de caricias que se espían parpadean

Y el jardín es posible
porque todos son extraños
Menos nosotros
únicos y descifrados

Luego es la nostalgia
y vuelve ese aroma de esplendor
en el secreto dicho a voces

Un solo cuerpo
para saberlo todo



a. poderti, fotografía: Catalina Boccardo


EL MAL
Una nebulosa compleja
Justo cuando identificas su esencia
cambia de forma

acrílico. a. poderti

SI TU MANO BUSCA MI BOCA
Tan lejos
en la noche

allá
donde se quiebra el agua



Ilustración de cubierta: Andrea Mantegna, 
Mural del Palacio Ducal de Mantua, 
técnica trampantojo (ilusionismo), 1474.

No es común en la poesía contemporánea enfrentarse con voces profundamente personales y ricas, que, por diferentes circunstancias, se han desarrollado en los márgenes del ámbito de circulación habitual de la poesía y que, para el lector, significan un auténtico descubrimiento.
Eso me pasó con la poesía de Alicia Poderti, reunida en Trópicos de hielo, y que nos enfrenta con una voz donde se conjugan el extremo rigor en el manejo del lenguaje y una singular intensidad emocional y afectiva. Una voz donde están presentes desde lo más personal hasta las heridas indelebles de la historia –como bien lo sabemos, el hecho de haber vivido en nuestro país en los años setenta nos ha dejado marcas para siempre-; desde el temblor del erotismo hasta la ternura de la maternidad; desde la captación de un instante del tiempo, hasta la de una experiencia imborrable. Pero jamás cediendo al sentimentalismo o el biografismo, sino con eso que Deleuze nos enseñó a valorar en el arte: la presencia del afecto como factor que al verdadero poeta le permite crear una lengua nueva, del precepto como forma de convocar las percepciones en el lector.
Si sólo el verdadero artista se forja una lengua extranjera para su escritura –en el sentido en que Proust habla del trabajo del escritor para arrancarle una lengua artística a la lengua materna y convencional-, Alicia Poderti sin duda lo hace: lo más íntimo y lo más exterior están transformados por esa impersonalidad que arranca a la palabra poética de “los avatares de la biografía” —como quería Mallarmé— pero que, sin perder nunca la intimidad, nos permite entrar en relación, apropiarnos de un lenguaje que hablándonos desde el afecto y la intensidad, despierta eso tan esquivo y excepcional que es la belleza.

Cristina Piña

HOSPITAL

Los rincones congregan
miradas ahuecadas
repletas de silencios
Hay en el piso
mil fatigas
impresas
          como trampas
                    de insomnio
          de ceniza
la convulsión inexpresiva en la cola
a las seis de la mañana

En los pasillos
          un olor largo
sobrevive a los alcoholes

Palpita
en cada mano
          marcada en la pared

Un olor

Nacido para la pobreza

del libro HUELLAS IMPOSIBLES, Primera edición, 1987
(Poemas escritos entre 1982 y 1986). 
Prólogo: Leopoldo Castilla.

Premio Faja de Honor de la ADEA,
“Asociación de Escritores Argentinos”, 1991
Incluido: en TROPICOS DE HIELO, 2015. 








LA TACHADURA

Cayó sobre el papel
acribillada
con su trazado
arácnido
y secreto

El implacable dios del manuscrito
sabe que siempre estará allí 
cicatrizando

             En el libro
                            ya nadie podrá verla

             Aunque el Poema
                              en un cajón
                    a veces

                                       grite

en El dios IMPAR, 1997. Prólogo: Santiago Sylvester, Madrid, 1996 
Incluido en TRÓPICOS DE HIELO, 2015. 


PRIMERA HERIDA

He recortado mi figura
sobre un gran papel

He bailado con ella,
le he dado de comer

Luego
la arrugué completamente
y le quebré una pierna
para que no me siga
nunca más

en su vida



del libro
PRIMERA HERIDA, 2002, Veinte años de Poesía. 
Prólogo: Miguel Espejo
Incluido en TRÓPICOS DE HIELO, 2015.  


LOS INMIGRANTES

I.
Los barcos crecían
hasta tocar la tierra
Buscaban sus intrépidas geografías
Encontraban
ciudades transparentes
hurañas soledades
             distinta lluvia 
mojando el regazo de otros árboles
  los arados esperando en cavidades secretas

Como aquellos
los primeros viajeros soñadores
en la orilla construyeron
la Gran Cabaña
que descifrara sus enigmas

Trocaron sus mapas redondos
por planos manuscritos
    surcados de tesoros y leyendas selváticas

Cambiaron sus medallas y empuñaduras
por diccionarios
repletos de huestes
    y palabras

II.
Durmieron a la intemperie
Escuchando los verdes pasos subterráneos
disfrazando las nuevas constelaciones
fundiendo sus rostros
en el espejo de estos ríos
Desbordados

Despertaron
palpitando el eco de Guamán Poma y Viracocha
Y vieron pasar las alas enlutadas
          los cantos devorados
          las lágrimas aguerridas de los hombres
Antiguos

Se sobresaltaron con el rumor de las flores cortadas
con un pacto de armaduras milenarias
con el rito arterial sepultado en la espesura

Destituidas civilizaciones los observaban
a través de los signos
tallados en runas y magmas volcánicos

III.
Decidieron que América era el centro del mundo

El Lugar
donde volverían a sonar los acordeones
las guitarras
los tambores de sus antepasados

Se poblaban de casas las distancias,
las calles se llenaban de panaderías y de pájaros

Pero una vez al año
se miraban entre sí
Recordando
          los bastones de sus abuelos
las escalinatas de brumas
los amores ancestrales
que engendraron sus culturas

Sus lenguas
          dispersas en caminos lejanos

IV.
Gritaron
a viva voz su catarata de recuerdos
los bastiones sumergidos
las estepas y archipiélagos malheridos

En los buques
quedaron sus abanicos
sus alcázares sus castillos
sus abedules nevados
y sus jazmines

Multiplicando
sus identidades
en la oración crepuscular
en las navidades
en las copas sin latitud
en el fuego
atropellándose en el embarcadero imaginado

En el baile bajo los faroles incandescentes
en los mercados repletos de plumas y pescados
de mentas y naranjas
de lechugas y ajíes presurosos
                          de quesos y vinos
Relampagueantes
  
V.
Ellos nos vieron
en la proyección magnetizada del tiempo
más allá de la muerte
de los enigmas generacionales

Cuando decidieron dilatar sus noches
y enterraron sus monedas
sus cartas
sus guerras
los aromas y atavíos de sus parajes

Dieron vida a los hijos a los nietos
Sangres distantes que fluyen
fruto de la aventura
                           el destierro

Sangres mediterráneas o costeras
de sastres de labriegos de guerreros de marinos
que llegaron sin hierro
sin hilo
sin costas y sin tierras
                   Con pasión y con sueños

Con la esperanza

“Esta es nuestra tierra
la destellante muralla andina
donde los reyes muertos viven todavía
donde los hombres de los barcos
desafiaron su destino”

del libro PRIMERA HERIDA
2002, Veinte años de Poesía. Prólogo: Miguel Espejo
Incluido en TRÓPICOS DE HIELO, 2015.


a. poderti. Golden Gate. California.



Alicia Poderti nació en la ciudad de Buenos Aires donde reside actualmente. Es Doctora en Historia y Doctora en Letras (UNLP). Se desempeña como Investigadora Independiente en el CONICET/Universidad de Buenos Aires.  

Entre sus libros de investigación mencionamos: Palabra e Historia en los Andes, Buenos Aires, Corregidor, 1987. Historias de Caudillos Argentinos, Buenos Aires, Alfaguara, 1999; Antología de Tarja, Buenos Aires, Presidencia de la Nación, 2002;  Brujas andinas, Sydney: Cervantes Publishing, 2005; De Güemes a Perón. Revistas culturales y periodismo en Argentina, Buenos Aires, Nueva Generación, 2005; 63 preguntas sobre el siglo XX, La Plata, Ediciones Al Margen, 2007; La Hermana Mayor. Perspectivas de la Larga Revolución, Buenos Aires, Analecta Editora, 2010, Diccionario del Peronismo. Lexicón (Buenos Aires, Biblos, 2010) y otros títulos.

Entre sus publicaciones literarias destacan los libros: Huellas Imposibles, poemas, 1987, Prólogo: Leopoldo Castilla; Vuelo Toronto-Amsterdam, cuentos, 1991­, Prólogo: Libertad Demitrópulos; Ilaciones, poemas, 1992, Prólogo: Raúl Aráoz Anzoátegui; El dios Impar, poemas, 1997, Prólogo: Santiago Sylvester; Ambages (Microensayos), 1998; Tinta y celuloide. Proyecto cinematográfico “El viento blanco”, Juan Carlos Dávalos (1941), 1999; Primera Herida. Veinte años de Poesía, 2002, Prólogo: Miguel Espejo; Trópicos de Hielo, 2015, Prólogo: Cristina Piña, Reinos Aleatorios, Versión Bilingüe Spanish -English. Traducción de Robert Edward Gurney, 2020.

Recibió el Primer Premio Fondo Nacional de las Artes, Premio de la Academia Argentina de Letras Faja Nacional de Honor de la Asociación de Escritores Argentinos, entre otras distinciones. Fue seleccionada por Horacio Armani para integrar una antología de autores argentinos en 1990.

Es Profesora Invitada por Universidades nacionales y extranjeras. Sus estudios y artículos especializados fueron editados en Argentina, Francia, España, Suecia, Estados Unidos, Cuba, Colombia, Perú, México y Australia.


Con Teuco Castilla y su madre Catu. En la casa de Manuel J. Castilla. Salta. 

Con Joaquín Giannuzzi 
y Libertad Demitrópulos, Buenos Aires, 1991.

Con Héctor Tizón, Santiago Sylvester y Raúl Aráoz Anzóategui. 
                                                                                                        Con Jacobo Regen, 1990.

Recital de Poesía con Víctor Redondo, 2011.







Comentarios

MONICA ARAMENDI ha dicho que…
"DONDE SE QUIEBRA EL AGUA" ESTÁ TU VOZ, TUS IMÁGENES, TU RESIGNIFICACIÓN DEL MUNDO PERCIBIDO.. ME ENCANTAN!!!