PERLA SUEZ: PASAJERA DEL DESIERTO


PERLA SUEZ: PASAJERA DEL DESIERTO
Fragmento I:
Diario de marcha, 25 de mayo, 1879
Recién empezamos el camino. Más de cien leguas nos separan de nuestra gran ciudad, Buenos Aires. Terminamos victoriosos. Reunimos un botín de cien indios y quinientos animales rescatados y también doce cautivas. El fusil remington o “mataindios” como lo llaman los salvajes, es realmente un milagro de la mecánica. Gracias a él, pudimos tomar la toldería casi sin pérdidas ni mucho esfuerzo. Creo que es posible afirmar con confianza que la campaña del desierto está ganada.
Por precaución nos dividimos en tres grupos. El primero partió antes para asegurar la vanguardia; el grueso de la tropa salió luego con las cautivas, los prisioneros y animales. El nuestro, un puñado de hombres, parte ahora para cubrir la retaguardia. Estaremos llegando al fortín unas horas después que la tropa comandada por el Teniente Sanabria.
La pampa fue conquistada. El General podrá dormir tranquilo.
Tte. Marcial Obligado
Lum escucha un galope cerca de ella, una yegua está dando vueltas temerosa del humo que aún se desprende de los toldos quemados. Ella chista y la yegua viene. La joven machi camina despacio hasta el animal y le acaricia el lomo.
Tu alma es vigorosa y yo tendré valor para seguir si te tengo conmigo. Te voy a convidar un trago de mi chicha, para que seamos fuertes.
Lum le da de beber acercando su cuero a la boca de la yegua. Luego la monta a pelo, mira por última vez la toldería quemada y parte.
Fragmento II:
Lum ha recolectado varios puñados de semillas de cebil, las mismas que la machi le dio en su viaje iniciático.
Con un mortero que ha improvisado, las muele cuidadosamente para no desperdiciar nada.
La machi le enseñó a hacer el polvo que se llama paricá y sirve para entrar en trance y comunicarse con los espíritus.
Así verán al gualicho, susurra, el gualicho se los llevará.
Cuando tiene el polvo de cebil que necesita, lo mete en el morral y espera a que todos en el campamento duerman para acercarse.
Lum se desliza hasta donde los hombres guardan las provisiones, encuentra café y lo mezcla con el cebil removiendo lentamente con la mano.
Rufino habla en sueños, pronuncia palabras sin sentido.
La joven machi se sobresalta. Despacio comienza a retroceder sin dar la espalda a los hombres que duermen, la mirada fija en Rufino que se lamenta dormido.
Encuentra resguardo en los arbustos. Toma una bocanada de aire y se tira al suelo, respira con agitación. Su camisa está sucia. La piel que le raspó la machi ahora tiene tintes morados por la cicatriz que comienza a secarse y a veces le pica, hay algunas gotas de sangre donde se rascó.
Después acostada boca abajo, se arrastra hasta perderse entre la arboleda.

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Perla Suez nació en Córdoba, Argentina.
Es Licenciada en Letras Modernas y fue becaria de los gobiernos de Francia y Canadá.
Tiene una vasta producción literaria entre la que se destaca: Memorias de Vladimir, Dimitri en la tormenta, las novelas Letargo, El arresto y Complot (que posteriormente conformaron la Trilogía de Entre Ríos), La Pasajera. Ha recibido la Beca Guggenheim, el Primer Premio de Novela Grinzane Cavour y la Mención Especial del Premio de Literatura Infantil José Martí. Sus libros se tradujeron al inglés, italiano, serbio, francés y griego.
Su novela Humo rojo (2012) recibió el Primer Premio Nacional de Novela de Argentina y El país del diablo (2015) recibió el Premio Sor Juana Inés de la Cruz. En 2016 publicó su último libro-álbum Uma. Actualmente está terminando si última novela para adultos.





Perla Suez leyendo fragmentos de su última novela.  
Acompañan el panel de escritoras: Susana Cella, Edit Silvera y Alicia Poderti. 
Universidad Nacional de Córdoba, 2016.
Con Griselda Rulfo, Villa María, Córdoba.







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